EL OPTIMISMO : EL DESCUBRIMIENTO DE LA ESPERANZA


Buscar nuestra felicidad absoluta también significa vivir con optimismo. Los optimistas tienen más salud y más éxito. "No hay capacitación más eficaz que la autocapacitación', escribió el historiador y economista de la Universidad de Harvard David S. Landes en su libro de 1999.
La riqueza y la pobreza de las naciones: Por qué algunas son tan ricas y otras tan pobres. "En este mundo, los optimistas son los que ganan, no porque siempre hagan lo correcto, sino porque siempre son positivos. Hasta cuando se equivocan son positivos, y ésa es la clave del triunfo". El budismo nos enseña a ver todo desde un punto de vista positivo, como una oportunidad de crecimiento, como la materia prima para desarrollar la felicidad absoluta. "Invocar Nam-myojo-rengue-kyo es fuente de optimismo y de crecimiento, lo que el budismo denomina la "creación de valor". Esta fuente permite a los practicantes transformarlo todo en sus vidas, tanto la alegría como el sufrimiento, en causas para la felicidad absoluta. Como resultado, los individuos desarrollan la confianza en su capacidad para transformar hasta el sufrimiento en la materia prima de la felicidad. Con esta facultad, todo son ventajas y oportunidades.
Tomemos otro ejemplo de la vida real. Un ejecutivo de cincuenta y ocho años que practicaba el budismo y había dedicado toda su carrera a una gran empresa, vio su felicidad y la seguridad en sí mismo a prueba cuando perdió su trabajo como resultado de una reducción de personal. A su edad, las perspectivas de conseguir otro trabajo eran escasas. Aunque hizo unos esfuerzos extraordinarios por buscar trabajo, las semanas se convirtieron en meses sin trabajo en el horizonte. Los ahorros familiares se agotaron, las facturas quedaban sin pagar. Pero el verdadero reto se le planteó cuando empezó a perder la esperanza. Esta pérdida de la esperanza le agotó la decisión y la energía necesarias para investigar y prepararse para una nueva carrera. Se enfrentaba con las perspectivas de todo aquello para lo que había trabajado. Llegó a enfrentarse con la naturaleza voluble de una felicidad basada en el éxito, el estatus y la riqueza material.
Buscó el consejo espiritual de otro budista con experiencia y aprendió a ver su situación como una oportunidad para desarrollar una base más sólida de su vida interior, para perseguir los tesoros del corazón en lugar de los del almacén. Se dio cuenta de que había estado desatendiendo a su familia y otras relaciones importantes, así como su salud y su crecimiento personal. De hecho, había estado cambiando oro por basura. : Centró su oración utilizando esta crisis como una oportunidad para dar un nuevo rumbo a su vida con sus prioridades por delante. Empezó a ver su problema como una importante oportunidad. Con este cambio de perspectiva desde lo más profundo de su vida empezaron a fluir el optimismo renovado y la determinación. Se llenó de energía renovada y voluntad de buscar oportunidades en direcciones que antes no había considerado. De un modo casi inmediato, se le abrió una oportunidad en un campo completamente nuevo. Investigó y le asombró lo interesante que le resultaba. Tenía posibilidades para avanzar sin límites. Al final, desarrolló una carrera nueva y muy exitosa que resulto mucho más gratificante que el trabajo que había desempeñado hasta entonces. Es más, su nuevo éxito no le distrajo de su compromiso de desarrollarse personalmente, ni de su familia y amigos. Mantuvo su vida equilibrada y encontró una felicidad con la que nunca había soñado.


Tal como ha escrito Daisaku Ikeda: "La verdadera felicidad surge incesantemente 'desde el fondo de tu vida mientras luchas como es debido para superar cada tormenta de contratiempos. Este tipo de felicidad verdadera es un torrente sin límites. No puedes disfrutar de una verdadera y profunda felicidad si sólo tratas de disfrutar de situaciones cómodas en las que no tengas que enfrentarte a situaciones duras".


(Fragmento del Libro "El Buda en tu espejo" de Woody Hochswender. Greg Martin, Ted Morino)

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