Las percepciones o aspectos de la vida denominados “las tres verdades” son tres conceptos básicos necesarios para la comprensión de la epistemología budista que, en síntesis, quieren decir que todas las cosas deben ser comprendidas desde distintos puntos de vista. Se los nombra colectivamente como las tres percepciones y es una idea que se basa en las enseñanzas del gran budista chino Chi-i (538-597), también llamado T'ien-t'ai Ta-shih. Si concebimos al hombre solamente como un modo activo de la materia física, no tiene por qué importarnos en modo alguno la dignidad de la vida humana. Por eso es necesario, aunque no sea posible en un sentido estricto, discernir y reconocer exactamente cómo son los verdaderos aspectos de las cosas y de los fenómenos. Para aprehender los verdaderos aspectos de las cosas son indispensables el análisis y la síntesis. Se necesita tener una visión de conjunto de la totalidad, mientras se examinan de cerca sus partes. Además, es también necesario atender a los cambios dinámicos que las cosas sufren en el fluir del tiempo, en lugar de observarlas como entidades estáticas.
La palabra san, dentro de santai, significa "tres" y tai (percepción) significa lo claro, obvio y evidente. Por eso se traduce a veces santai como "las tres verdades". El rasgo utilizado en idioma japonés para la palabra tai ha pasado a ser utilizado también en una palabra que significa "resignarse" o "renunciar". Desde este estrecho punto de vista etimológico, cuando una persona comprende cómo son, en realidad, las cosas, abandona los deseos y las ambiciones no realistas. En la filosofía budista no se considera posible alcanzar una comprensión de fenómenos tan complejos e intangibles como la vida examinándolos desde un punto de vista fijo y único. Por el contrario, es preciso ser flexible y adoptar varios puntos de vista. En realidad, la comprensión de la naturaleza siempre cambiante de todas las cosas es la clave de la verdadera felicidad, pues significa que cualquier situación, por mala que sea, debe cambiar. No hay desgracia permanente ni mal insuperable.
Es posible aprehender la realidad de todas las cosas y fenómenos si observamos su naturaleza y aspectos desde tres puntos de vista, que son ke, ku y chu. A través de estos conceptos, estamos viendo la única realidad desde tres enfoques diferentes, no estamos hablando de tres entidades por separado. En relación a la vida del Buda, las Tres Percepciones se convierten en los Tres Cuerpos (sanjin), el Cuerpo Manifiesto del Buda, el Cuerpo de la Retribución y el Cuerpo de la Ley.
1. Percepción Provisional (ketai). Es la apariencia o Buda Manifiesto y representa las imágenes de los fenómenos superficiales de las cosas que perciben los sentidos humanos. El Cuerpo Manifiesto del Buda existe en el plano temporal fenoménico. Nuestro cuerpo físico y el propio universo se hallan en constante fluir y cambio. El cuerpo, por ejemplo, está sujeto al metabolismo y funciona dinámicamente. El espíritu humano percibe los aspectos superficiales de las cosas como imágenes, pero las imágenes mismas son fugaces.
2. Percepción de lo Latente (kutai). Es la naturaleza o Buda de la Retribución. Se refiere a nuestro espíritu y puede definirse como algo que no es ni ser ni no ser, porque en él son inherentes condiciones que permiten que los fenómenos cambien de muchas maneras. Desde el punto de vista budista, realidad y ku no son idénticos, pero el ku es esencial para adquirir verdadera conciencia de la realidad de las cosas. El Cuerpo de la Retribución existe en el plano de ku. Si se interpreta el universo atendiendo exclusivamente a los conceptos de ser y no ser, nos vemos obligados a admitir que la vida fue y es generada partiendo del no ser. El Budismo asume una posición diferente y postula la existencia de un estado de no ser que contiene en sí posibilidades de llegar a ser y que trasciende así tanto el concepto de ser como el concepto de no ser. Ese estado es la verdadera entidad del universo y el Budismo lo denomina Ku. Todo el universo, incluso nuestra tierra, es una entidad vital: es el Ku que contiene la vida. Cuando se dan las condiciones apropiadas para que se manifieste la vida, ésta puede generarse en cualquier parte y en cualquier momento. El estado de ku es un estado existente, pero que no se manifiesta en ningún fenómeno. Cuando la vida está en estado de ku, trasciende tanto el espacio como el tiempo. La naturaleza fundamental de la fuerza vital mayor estriba en que existe eternamente fuera del tiempo y puede manifestarse como vida (ser) o muerte (no-ser).
3. Percepción del Camino del Medio (chutai). Es la entidad o Buda de la Ley, y puede definirse como la existencia vital última que se manifiesta en formas y determina la naturaleza y caracteres de las cosas. El Cuerpo de la Ley existe en el Camino del Medio, que sustenta lo tangible y lo intangible, es decir que comprende ke y ku. El Chutai es inmutable, pero se revela en el Ketai y el Kutai, y no existe fuera de ellos. El Camino del Medio aparece en lo tangible y existe en ku.
A diferencia del ku, el ke es aquel aspecto de la fuerza vital que todo lo abarca y que asume varias formas actuales e individuales. La vida individualizada es una forma del ke, pero, al propio tiempo, ella está impregnada del ku, el modo inactivo. De la misma manera, la fuerza vital después de la muerte, existe como ku, pero está impregnada con los caracteres y tendencias fundamentales inherentes al ke. La vida que todo lo comprende y que se desarrolla a través del ku y del ke se llama Chu. Aunque a veces asume una forma inactiva y a veces una forma real, es un continuo sin límites. El ku, el ke y el chu forman una entidad armoniosa y consolidada que debe entenderse como una totalidad. El Ku, el Ke y el Chu son una realidad, y las formas verdaderas de todas las cosas son el producto de estos tres modos en que se manifiesta esta última realidad. La completa interexistencia e interfusión de las Tres Percepciones en una es el principio último del Sutra del Loto. Se pueden comprender todas las entidades de la vida en términos de las Tres Percepciones Unificadas (en'yu santai). Al lograr una visión total de la vida, podemos desarrollar nuestra vida y provocar nuestra propia revolución humana.
Resumiendo lo dicho antes, entonces, las tres verdades son:
1) la verdad de la existencia temporal , física y material (ketai);
2) la verdad de lo no substancial, o sea, el aspecto espiritual de la Vida (kutai);
3) la verdad de la Vía del medio (chutai), o sea la fuerza o energía que une y armoniza ketai y kutai.
Ke y ku son dos diferentes pero inseparables aspectos de chu. Nichiren Daishonin afirma que chu se refiere a Nam-myoho-rengue-kyo, el ritmo o la Ley de la vida misma, mientras ke y ku se refieren respectivamente a ho y myo, a través de los cuales la vida se exprime. Los conceptos expresados por las tres verdades vienen analizados separadamente sólo para facilitar su comprensión, porque en realidad cada una de ella contiene los otros dos aspectos de la vida. Es importante entonces entender que ellas representan un instrumento para examinar la entidad de la vida en su totalidad desde tres perspectivas diferentes pero interrelacionadas.
Para aclarar un poco más, prueben a imaginar una hoja de papel blanco. Tiene dos caras, que llamaremos lado A y lado B: cada uno de los lados es inseparable del otro. Por otra parte, una hoja de papel no puede existir sino como lado A o lado B: si tuviese un lado C ya no sería una hoja de papel sino alguna otra cosa. En otras palabras: tanto que se hable del lado A o del lado B, o de una hoja entera, cada termino implica la existencia de los otros dos, siendo simplemente una manera de considerar la misma cosa desde diferentes perspectivas. Justamente por esa razón las tres verdades a veces vienen definidas como las tres percepciones. De todas maneras para no perdernos en términos técnicos, vamos a ver como este concepto de las tres verdades se aplica a la vida de cada individuo.
Imagínense encontrar a un viejo amigo por la calle... llamémoslo Pedro Pérez. Al comienzo reconocerán el aspecto físico de Pedro, que corresponde a ke . Pero, más allá de la imagen física, Pedro posee su carácter, que corresponde a ku. Este último se manifiesta a través de sus acciones: la manera de hablar, los gestos, los ojos y las expresiones de su rostro, la actitud, la manera de andar, de vestirse, etc. Es decir, podrán reconocer el ku de Pedro sólo cuando se vuelve ke. Por otra parte, cada detalle del aspecto y del comportamiento de (ke) de Pedro revela su carácter o su naturaleza (ku).
Está claro entonces, que tanto el aspecto físico como el espiritual de Pedro son absolutamente ligados, pero solos no son suficientes para decirnos todo de él. Ellos no pueden existir sin la vida (chu) de Pedro, que a su vez no puede existir sino como manifestación física y espiritual. El aspecto y el carácter de un ser humano, ambos, de hecho son expresiones de la totalidad de su vida, es decir de chu o Nam-myoho-rengue-kyo. Para aclarar las ideas, recuerden la hoja de papel: el aspecto de Pedro podría corresponder al lado A, su carácter al lado B y su vida entera a toda la hoja de papel. Cada uno de los tres implica la existencia de los otros dos. Además la vida de Pedro posee evidentemente una continuidad suya y única: otra característica de chu. Podríamos entonces describir chu como muestro “yo esencial”, quiere decir lo que mantiene, en el tiempo, la coherencia entre nuestro aspecto físico y el espiritual. Chu es la entidad de nuestra vida, que nos permite saber que nuestro actual ser, es fundamentalmente, el mismo de cuando éramos niños, a pesar de todos los cambios físicos y el desarrollo de nuestro carácter.
Para demostrar como estos tres aspectos de la vida – ke, ku y chu – estén totalmente amalgamados en el ser humano, trataremos por un momento de imaginarnos una persona con el mismo aspecto de Pedro pero que no sea él. Imaginémonos que, sin saberlo, Pedro tenga un hermano gemelo, Carlos, con un carácter completamente diferente al suyo. Encontrándolo por la calle, probablemente al comienzo podrían confundirlo por Pedro, porque en apariencia, son iguales (a pesar de que hasta los gemelos “idénticos” no son copia exacta el uno del otro). Sin embargo, poco a poco, notarían en esta persona particularidades que no corresponden al carácter de su amigo: por ejemplo normalmente Pedro no habla tan deprisa, y su risa es menos aguda, además parece que le haya salido el extraño tic nervioso de mover la cabeza... etc. En pocas palabras, Carlos no puede evitar de revelar su propio carácter en cada particularidad de su aspecto exterior. De nuevo, el ku de Carlos se ha manifestado a través de ke, y ambos son las expresiones de su chu, o sea de su vida interior.
Por más que se esfuerce, y por más que puedan asemejarse físicamente, Carlos no puede ser Pedro, porque en su esencia la vida de cada uno de los dos es de por sí única.
Es de suma importancia entonces, entender lo que implica el concepto de las tres verdades: si deseamos ser alguien más, o tratamos de serlo, o si actuamos siempre en una determinada forma para complacer a los demás, jamás podremos ser felices. Porque en realidad, no podemos ser nadie más que nosotros mismos. El Budismo de Nichiren Daishonin enseña que la felicidad y la autorrealización dependen del progresivo manifestarse de nuestro “verdadero yo”, nuestro chu, a través de los aspectos físicos y espirituales de ke y ku. Podemos lograrlo siguiendo el recorrido de la Vía del medio (chudo), argumento que profundizaremos dentro de poco.
“Ver la materia no como algo estático o fijo (material) sino como algo dinámico (fenoménico) que existe en la naturaleza sería la verdad de la no sustancialidad. Sin embargo, es posible ver temporalmente la materia como algo estático, de modo que esto sería la verdad de la existencia temporaria. Pero abstenerse de un enfoque y de otro sería la verdad del Camino Medio. T’ien-t’ai describió una comprensión perfecta y plenamente integrada de la verdadera entidad de todos los fenómenos, a partir de estos tres abordajes, y la llamó ‘la unificación de las tres verdades’. Y esta es la verdadera entidad de todos los fenómenos de la cual habló”.
Hola, sabes de algun libro donde me hable de las 3 verdades. Me intereseo mucho.
ResponderEliminarMicorreo: niiebla@yahoo.com.mx
Gracias.
Que bueno que te interese, porque es un tema increible!!! Vos ya venis leyendo algo?
ResponderEliminarEste principio de las 3 verdades es uno de 10. Te paso los grandes y fijate si encontras algo de alguno de ellos, sino avisame y te busco con mas tiempo.
- La unidad de persona y medio ambiente es una de las diez unidades o "no dualidades" que derivan de la sistematización de Miao-lo en su Hokke Gengi Shakusen. T'ien T'ai había expuesto los diez principios místicos de la enseñanza teórica y los diez principios místicos de la enseñanza esencial del Sutra del Loto. Más tarde, en el Hokke Gengi Shakusen, Miao-lo se refiere a estos y explica las diez unidades o "no dualidades" luego de tratar los diez principios de la enseñanza teórica y antes de referirse a aquéllos de la enseñanza esencial. La sección del Hokke Gengi Shakusen que trata de estas diez unidades o "no dualidades" se convirtió más tarde en un tratado independiente denominado Jippunimon (Diez Unidades). Estas diez "no dualidades" -
Hola, no e tenido la oportunidad de leer algo relacionado a esto, me podrias ayudar, con algo de literatura, porfa. No se de donde pueda descarga libros, o textos relacionados.
ResponderEliminarGracias.
Micorreo: niiebla@yahoo.com.mx
No tengo en mente ninguno ahora, pero buscando por los escritos de T'ien T'ai vas a encontrar seguramente. Sdos
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